¿Cuándo llega?. ¿Ya está aquí?. Es lo que preguntan los ciudadanos de algún “país petrolero” perdido de este mundo, cuando escucharon que el gobernador Evo Morales adelantó la posibilidad de que el absuelto ex presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Jorge Alvarado, asuma en breve las funciones de encargado de negocios representando a Bolivia en uno de esos “países petroleros”, después de que el bullado caso de corrupción con Iberoamericana, terminara en fojas cero, sin imputados ni responsables.
El propósito es que don Jorge Alvarado ayude en alguna embajada, no tanto como embajador sino como encargado de negocios exclusivamente petroleros, “porque necesitamos más expertos petroleros”, dictaminó nuestro gobernador. Y es que con Alvarado viajan un grupo de “expertos patriotas” para capacitarse e impulsar el proceso de industrialización de los energéticos en territorio boliviano.
Resulta obvio que Alvarado se irá becado a Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), para realizar su maestría o su doctorado en la gestión de empresas públicas venezolanas que cultivan la cultura corporativa “a la cubana”. En otras palabras, él recibirá clases magistrales de cómo se puede transformar una empresa estatal en un ente plagado de burocracia, donde las habilidades de los empleados y sus esfuerzos no son recompensados y donde se glorifica el trabajo pesado. No se duda de la capacidad profesional de Alvarado, pero ya demostró que tiene alguna experiencia en tomar decisiones antiestéticas que son consecuencias naturales de la mala gestión.
Desde Venezuela se oye a gritos que PDVSA es el lugar donde se afincó lo mejor del partido de Chávez, un poco lo que es YPFB para el partido de Morales. En PDVSA existen muchos ingenieros chavistas carentes de estilo, ejecutivos desesperados por tener citas, gerentes apasionados por poseer productos de alta tecnología y con profundos conocimientos esotéricos. PDVSA, demuestra una administración incompetente, ocupada más en sancionar empleados por fallas causadas por una mala gerencia, los gastos excesivos y; lo que es peor, una carestía de talento para entender el capitalismo. ¿Este es el mundo kafkiano que irá a entender y comprender Alvarado?, Por favor, que no vaya a Venezuela.
Según la última encuesta de la organización Transparencia Internacional, institución de vigilancia de la corrupción, que clasifica a 163 países basándose en los niveles de irregularidades percibidos entre funcionarios, ha identificado a la empobrecida Haití y la gigante petrolera Venezuela, cómo los líderes en la lista de los países de América más corruptos, al tiempo que Chile figura entre los más honrados de la región. Con este simple antecedente hay que decirle al gobernador Morales: No envíe a don Jorge a Venezuela, porque puede contaminar su absuelta figura con la corrupción que allí impera. A Chile no va, porque no es país petrolero.