Los bolcheviques adaptados al neoliberalismo

Evo Morales se reunió el viernes pasado con Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, un partido político español de ideología populista y leninista, financiado desde los más oscuros rincones del chavismo; y vino a Bolivia para conmemorar los 100 años de la Revolución Rusa. En términos simples se puede afirmar que la revolución bolchevique de 1917 fue tramada para enaltecer a las clases pobres y trabajadoras entregándoles los medios de producción, y destrozar políticamente a la burguesía opresora y al capitalismo rudimentario que dominaba en ese entonces. Este centenario ha sido celebrado por los bolcheviques bolivianos con mayor énfasis que los propios comunistas rusos.

Lo que me extraña es que el aniversario se ha desarrollado en unas atmósferas muy capitalistas y neoliberales, alentados y conservados por nuestros bolcheviques. ¿Por qué les conviene tanto a estos comunistas retozar en las cómodas sábanas del capitalismo, si sus homólogos cubanos y norcoreanos no son así? ¿Por qué los populistas, socialistas, masistas, chavistas o comunitarios, como se les llame, están cebando y abonando ideales burgueses para que sus militantes se beneficien del capitalismo más seco, ese que estimula la codicia a través de préstamos de dineros con intereses, la especulación inmobiliaria, la facilidad de inversión en los medios de producción y el abierto lavado de dineros opacos provenientes del narcotráfico? ¿Dónde se extraviaron los pobres y los obreros?

No estoy seguro dónde leí esta máxima: “Lo mejor que puedes hacer por los pobres es no ser uno de ellos”, pero sí estoy seguro que bien define lo que no son Evo Morales, Pablo Iglesias, Álvaro García, Rafael Correa, Daniel Ortega, la Kishner, Lula y todos los líderes del socialismo del siglo XXI, porque ellos tienen patrimonios muy superiores, tanto en metálico como en bienes, a los que ostentan los medianamente ricos en sus propios países. ¿Qué alguien diga que Evo Morales es un pobre cocalero? Pamplinas, es un bolchevique neoliberal, rico y burgués, eso es.

Fue el día de los difuntos, recientemente pasado, durante un evento oficial de entrega de viviendas a familias de escasos recursos del municipio de Santa Rosa del Sara, en Santa Cruz, que el vicepresidente del Estado dijo que “Evo es el presidente de los pobres, de los humildes, de la gente sencilla, de las mujeres abandonadas, de los abuelos y niños necesitados, por eso nuestro presidente siempre va a ser mayoría. Sólo la gente rica, potentada, que no le falta la comida estarán en contra”. Esta arenga, por demás jocosa y a estas alturas de nuestra triste historia, sólo despierta en la gente honesta y moderada esa sensación desagradable de que alguien está mintiendo y tergiversando la realidad. ¿Serán los masistas los mentirosos que se muestran como gentes pobres, humildes y sencillas?, o ¿seré yo el ilusionista que tildo injustamente a los masistas como gentes ricas y potentadas?

Una cosa sí es segura, los bochornosos gobiernos que lideran los falsos bolcheviques del siglo XXI y que enaltecen tácitamente el capitalismo y el neoliberalismo a favor de sus militantes; tienen un común denominador: su irrefrenable vocación dictatorial, nutrida vitaliciamente con los frutos del capitalismo. Pobres bolcheviques, estos.

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