Ciertos asesores políticos de Manfred Reyes han decidido abandonarle en plena campaña para las elecciones nacionales, unos de forma violenta, algunos cargados de dinero y otros con mucho sigilo se fueron de su lado, la mayoría cuestionando la calidad de sus principales operadores que han diseñado una estrategia electoral carente de vida. Otros, ante la evidencia de lo difícil que será entrar a la segunda vuelta de las elecciones, han resuelto abstraerse totalmente, incluso de ese desorden ruidoso de juicios y sindicaciones delictivas contra el líder. Tan angustiosa es la situación en el barco que el capitán ya se ve sólo, con pocos marineros y en la cárcel después llegar a puerto el 6 de diciembre.
El MAS se ha propuesto desbaratar el propósito de Reyes Villa para empernar a algunos de sus candidatos en la Asamblea Plurinacional, utilizando los cantos de delicadas sirenas y el dulce olor del dinero en abiertas y escandalosas charlas con maniobreros para transformarlos de candidatos opositores en asambleístas facilitadores del oficialismo. La explosión de las mixturas que ha coleccionado Manfred, se dará el momento en que sus candidatos electos tengan que resolver libremente su futuro, y como siempre prescindiendo de la vida y la hacienda del jefe derrotado. Esto ocurrirá entre el 7 de diciembre y el 3 de enero, poco menos de un mes para darse cuenta si valió la pena sostener el Plan Progreso o hacer progresar el plan de Evo Morales. Si le resultó tan fácil al MAS reclutar en sus filas a los karatecas y barras bravas de Santa Cruz, tarea menos difícil será estimular los intereses y las gulas personales de los diputados y senadores del PP, que desconocen o poco pronuncian entre ellos estas dos palabras: fidelidad y lealtad.
Para dar respuesta a esta debacle, los asesores supérstites ven como urgente rediseñar la campaña para hacer de Manfred el principal candidato para alcalde la ciudad de Cochabamba. Esta conjetura se disipará el próximo 4 de enero de 2010, fecha en la que se cierra el registro de los candidatos a alcaldes y concejales; prefectos y asambleístas departamentales. Pero por la mente perniciosa de los operadores oficialistas ha pasado la trágica idea de convertir las elecciones para la Alcaldía de Cochabamba en una guerra fratricida. Si eso se confirma, el pueblo ya no está en condiciones para aguantar otra disputa como la del 11-E, fecha trágica en la que el MAS, pueblo de por medio, inició una serie de procedimientos y maniobras para lograr la expulsión de Manfred de la Prefectura. Si por ahí se ha concretado la posibilidad de que el capitán gane las elecciones municipales, tendrá en su contra a toda la prefectura, el gobierno central y las municipalidades aledañas, que harán lo imposible para despojarlo. Es que el gobierno se la tiene jurada; por eso algunos asesores han optado por hundir a su jefe; acusarle de déspota y abandonarle. Estas traiciones las conoce muy bien Reyes Villa, ya en su pasado existen muchos registros ridículos que, de repetirse, deberían motivarlo para encarar mejor su futuro.