La reelección produce cáncer

Los magistrados azules del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) han echado al olvido el primer periodo de gobierno de Evo Morales que corrió de 2006 a 2009; además han creado la imagen fundacional de un nuevo estado, como si Bolivia hubiera emergido de la nada en 2009 dando lugar al primer mandato vigente (2010-2015) sólo con el fin vedado de habilitar una nueva reelección de él y su acompañante. También desapareció en la nada la Ley Nº 4021 que regulaba el proceso electoral para la elección del Presidente y Vicepresidente, en los comicios del domingo 6 de diciembre de 2009, y que reconocía como el primer mandato a aquel que corrió en la gestión 2006-2009. Ya en febrero pasado, el Vicepresidente García sostenía que él y Evo Morales, “fueron obligados a recortar su mandato” que debió extenderse hasta 2011, y por tanto “no se cumplió ningún mandato”, estando ambos habilitados “para candidatear el año 2014”. ¿Fueron obligados a renunciar? ¿Quién o quienes les forzaron a recortar sus mandatos? Nadie. Sólo ellos crearon esta ficción enfermiza.

Esta declaración adulterada del TCP que aprueba la consulta que hizo la Cámara de Senadores y decide que este mandato (2010-2015) es el primero para fines electorales, ha detonado una poderosa carga explosiva cuya onda expansiva ha estropeado notablemente nuestra historia, ya de por sí muy dañada. Así fue y de manera grosera se apuntalaron las ansias y ambiciones presidenciales de reelección. Hace algunos meses atrás y muy cautelosamente Evo Morales ya anunció que esta consulta no era necesaria y que estaba “por demás». Nos preguntamos: ¿En la intimidad de su ser, Evo no sentirá arrepentimiento por maniobrar de esta manera?

No nos debería extrañar que el Vicepresidente García esté preparando alguna reforma constitucional “imprescindible” para facilitar la tercera reelección  (2015-2020) del Jefe de Estado para dar continuidad al “proceso de cambio” o de pronto una reelección a perpetuidad. Todos nosotros hemos oído que este proceso, en los planes de los operadores azules, tiene que durar algo más de 50 años. Pero es importante destacar que tanto este alto servidor como la inmensa mayoría de militantes azules ya saben que no les conviene promover la reelección de Evo, porque de hacerlo sólo provocarían una metástasis política propagando ese absolutismo canceroso que irradian los tres órganos del Estado en la sociedad entera. Sólo con fines irónicos, cabe  recordar cuando Hugo Chávez llegó a su país en estado penoso, un venezolano en su cuenta de Twitter dijo que en “Venezuela la reelección continua e indefinida produce cáncer; y en Cuba provoca senectud”.

El Gobierno ya no está en condiciones de enardecer esta angustia. Ha obrado en su propia contra, aumentando algunos adjetivos negativos a su currículo tan manchado y peor cargándolo con las palabras como “maniobrero e intrigante”, sin mencionar otros inmundos calificativos que ya los asumen como si le fueran sinónimos. Si este era el proceso de cambio, ya está muy excedido, y a la gente sensata en este tópico de la reelección no le queda otra alternativa que entrar en abierta defensa de la Constitución y repudiar a sus eventuales intérpretes, también muy enfermos con ese cáncer que se denomina venalidad. La oposición no debería desgastarse en esta discusión falsificada, sólo le queda esperar la convocatoria a las elecciones y actuar contra el cáncer, encarando la urgente necesidad de identificar responsablemente a los candidatos que lideren la recuperación del espíritu republicano que ha desaparecido oficialmente en 2009 y enarbolar la racionalidad que caracteriza al Estado de Derecho, que en este triste territorio simplemente no existe.

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