La Galaxia de Gutenberg o la era de Bill Gates

Evo Morales promulgó el Decreto Supremo Nº 762 que reglamenta la Ley contra el racismo y toda forma de discriminación. Este documento, excesivamente severo, se ha constituido en el segundo ingrediente de la receta gubernamental para limitar aún más la libertad de expresión y cercenar el trabajo libre de los periodistas y los medios en democracia. Ni bien se firmó el decreto, y como siempre, no faltaron los comisionados del Gobierno que anunciaron que la Ley de Imprenta de 1925 será reemplazada con la Ley de Medios, que se aprobará este 2011 y se constituirá en el tercer ingrediente de la fórmula malsana que tiende a crear nuevos ilícitos y sus respectivas sanciones para censurar a los medios de comunicación, y en definitiva cerrarlos o someterlos a la total influencia estatal. Toda esta confabulación ha quedado confirmada por Idón Chivi, un alto funcionario del Viceministerio de Descolonización, que dijo: “La ley que se va a elaborar va a sustituir a la Ley de Imprenta porque es importante que el país pase de la galaxia de Gutenberg a la era de Bill Gates. Tenemos que superar y elaborar una ley que proteja a los trabajadores, que regule las frecuencias y sobre todo que nos ponga con seguridad jurídica en el contexto internacional” (sic).

¿Galaxia de Gutenberg? Fue en 1962 que Marshall McLuhan publicó el libro La Galaxia Gutenberg mediante el que propuso, entre otros temas, una novedosa clasificación de la historia de la civilización en cuatro periodos directamente vinculados con la comunicación en sociedad. En el periodo tribal predominó la comunicación verbal; luego le siguió el periodo de la cultura del manuscrito. El tercer periodo se materializó con la escritura impresa, gracias a la inventiva de Gutenberg allá por 1450; que 500 años después ha posibilitado a la humanidad desarrollar muchas y variadas tecnologías que actualmente configuran la era de la comunicación electrónica. ¿En este cuarto periodo de la historia es que el señor Chivi quiere colocar a Bolivia, liquidando la Ley de Imprenta? Pero lo que desconoce este funcionario es que Bolivia ya está inmersa en la aldea global y no requiere transitar en la historia por designio de algún artículo en alguna ley promulgada por algún gobernante.

Resulta contradictorio que un funcionario masista y descolonizador se acomode con Bill Gates, ícono del capitalismo colonialista, para fundar la futura Ley de Medios, si los profetas del socialismo comunitario boliviano no dudan en suplicar a su apóstol Lenin para reflexionar en sentido de que “La libertad de imprenta será un engaño mientras las mejores imprentas y las grandes reservas de papel se encuentren en manos de los capitalistas y mientras exista el poder del capital sobre la prensa”. Es que este tipo de revolcones y conjeturas de principios del siglo pasado ya no caben en este periodo histórico, en el que priman los valores y las libertades, no la frustración y la envidia.

Ya Bolivia esté inmersa en las eras de Gutenberg, Lenin o Gates; queda claro que el Gobierno no ha de descansar para patrocinar nuevos artilugios legales con el fin de aniquilar la libertad de expresión y borrar definitivamente la declaración que aparece en el primer artículo de la Ley de Imprenta: “Todo hombre tiene el derecho de publicar sus pensamientos por la prensa, sin previa censura, salvo las restricciones establecidas por la presente ley”. Ante los restos del Estado de Derecho tenemos que declarar con fuerza impetuosa que la Ley de Imprenta está en vigencia plena e imperiosa, y todos los hombres y mujeres libres de este país estamos llamados a defender su espíritu y mejorar su contenido normativo con los nuevos paradigmas de la era electrónica. Entre tanto, los descolonizadores fanáticos deberían moderar sus pasiones, alejarse de las galaxias leninistas y aterrizar dignamente en la historia de la humanidad.

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