La fábula de los cuervos y los cheques de Chávez

Todos conocen la famosa historia de la Torre de Londres que está a cargo de los guardias “beefeaters”.  Son ellos quienes crían, cumpliendo la secular tradición, a los cuervos que allí habitan, con una ración diaria de carne pagada con fondos fiscales. El folclore británico cuenta que en el pasado, algunos guardianes de la Torre fueron acusados de alta traición. Una vez condenados y ejecutados con la decapitación, sus cabezas eran exhibidas al pueblo. A nadie extraña esta escena: los mismos cuervos que criaron esos fatídicos guardias se encargaron de comerles los ojos sin disgusto alguno.

En las torres bolivianas viven unos inimaginables cuervos. Así y desde el mismo palacio de gobierno se escuchan unos temibles graznidos.  Y cada vez que chillan quieren indicarnos que, algún día, se lanzarán sobre las cabezas degolladas de las personas o instituciones que, durante alguna etapa de su vida, los alimentaron.  Cría cuervos y te sacarán tus ojos.

Los que ahora se han convertido en guardianes del Palacio Quemado, siguiendo la tradición, están criando cuervos. Ellos han asumido la función de benefactores, alimentando conciencias ponzoñosas y lealtades inestables, con fondos fiscales, gastos reservados y suculentos cheques venezolanos. El gobernador Morales y todo su grupo de “beefeaters”, llevan el alimento directamente a la boca de un grupo selecto de alcaldes, jerarcas militares, representantes nacionales, constituyentes oficialistas y no oficialistas, y otras tucuimas.  Parece que la prebenda durará todo el tiempo que el dictador de Venezuela tenga la fuerza suficiente en el brazo izquierdo para endosar los cheques.  Así se crían los cuervos.

No hay que olvidar que el cuervo es el símbolo del crimen, el diablo y el embuste.  Los alcaldes córvidos y todos los sumisos al oficialismo han mostrado sus picos negros, que ya están desproporcionados por la gula de las coimas.  Incluso los cocaleros chapareños ya no marchan si no hay coimas jugosas. Los cheques de lealtad, como por arte de magia, han cubierto de plumas negras a los aliados eventuales del MAS; quienes han demostrado, como siempre, que se alimentan de carroña y que pueden atacar sin lucidez evidente.  Y en el Palacio Quemado hay gentes ilusas, insensatas o malvadas que se empeñan en alimentarlos. Estas gentes, como Chávez y su empleado pagador, quizá sean, por ello, doblemente culpables, primero por criarlos con dinero y segundo por ignorar deliberadamente que algún día esos cuervos les traicionarán y comerán sus ojos.

Algo sí es seguro: el día que el gobernador Morales deje el Palacio Quemado, voluntaria o violentamente, no será por alguna acción exitosa de la oposición derechista de este país, que está sin líder y aislada; sino será por la desproporcionada traición de quienes, como sus cuervos, fueron alimentados por los fondos fiscales y los cheques mal habidos.  Pregúntenle al mismísimo Che Guevara si en Bolivia hay cuervos. Lo dejo escrito: los cuervos del MAS y sus aliados, con un hambre desmesurada, derrocarán a Evo, y parece que será más pronto de lo calculado. La moraleja: cría cuervos y te ….. “expulsarán del gobierno”.

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