Es la clase social que esta ubicada en el mero ecuador, donde no hace frío ni calor. Su distintiva mediocridad fue utilizada como una carretilla para que, el dominio económico de los poderosos del pasado y ahora el poder político de los avasalladores, lleven y concreten sus más atrevidos proyectos.
En diciembre de 2005 fue la clase media la que completó la mayoría de votos que Evo Morales necesitaba para que nacionalice y estatice cualquier cosa, hasta la libertad. Después de seis meses ya se notan las caras grises de los que escogieron aquel mal mayor que avasalla, expropia, limita, abusa, etc. Del entusiasmo que les sobraba en las navidades pasadas, cuando regalaron al país un nuevo gobierno; ya no queda nada, sólo un sonoro remordimiento Su gobierno no les ofrece empleo, pegas, oportunidades, ni nada; sólo les ha puesto a disposición miles de opciones y argumentos para salir legalmente de Bolivia con el fin de migrar ilegalmente hacia España y así coagular un turismo laboral sin retorno.
El gobernador Morales ya sabe que a los de la clase media sólo les interesa conservar sus puestos de trabajo y no les importa el futuro personal, el familiar y menos el de nuestro país; lo que los convierte en tontos útiles del totalitarismo. Mientras la clase media agite, por ejemplo, contra los aprestos oficiales para la desprivatización de los colegios y universidades particulares donde se educan sus hijos; ellos seguirán obteniendo los mismos resultados negativos. Ya no importa si cada día hay menos puestos de trabajo y mal remunerados, o si renuncian a la libertad o a la posibilidad de concretar cualquier emprendimiento creativo que podría cambiarles positivamente la vida. Este es el mejor procedimiento cómplice para anclarnos a todos en un puesto muy cercano a la dictadura.
Con la prudencia del caso, afirmamos que la clase media, demócrata y libre, está preparada para asumir la carga de los momentos que vivimos, porque ya se dieron cuenta que son una clase inocente y ajena; que ni siquiera juega o cuenta en el tablero de la Asamblea Constituyente. Con un alto propósito de enmienda la clase media debe invertir su perspectiva y promover un cambio el 2 de julio próximo; para que los bolivianos con nuestros talentos y capacidades podamos ser libremente innovadores, creativos y emprendedores. La consigna debería ser “Mandemos u obedezcamos, pero salgamos del medio”. De lo contrario todo estará perdido y los culpables serán, otra vez, los del medio.