El pasado martes, don Carlos Alberto Ligamio Cristo, conocido como Frei Beto, en representación de los Intelectuales y Artistas del Mundo que se reunieron en La Paz por la Unidad y Soberanía de Bolivia, rindió una apología de Evo Morales diciéndole: “Tu nombre significa vida, Eva en la Biblia significa vida y Evo viene de ahí, tú estás aquí para dar vida a plenitud en el país”. Esto es grave y preocupante.
Es necesario recordar que estos mismos intelectuales, artistas, líderes indígenas y populares, ya pasaron por este país el año 2007. Subvencionados por Chávez, han adquirido ese estilo migratorio de las mejores delegaciones de turistas que van viajando por muchos países; y se reúnen en los mejores hoteles para reflexionar sobre la praxis social y política de la gente del pueblo, y sobre las personas que tienen compromisos sociales. Por supuesto que duermen sus ebriedades con sábanas cálidas y limpias, elucubrando el porvenir glorioso de los pobres que duermen en payasas y pelados. Ningún intelectual boliviano abrió la boca ante esta escena de gran contradicción material y desintegración moral.
A esto se suman los dramas denigrantes que nos ofreció Exeni, al decidir, con la ley en la basura, no cumplir la orden del Tribunal Constitucional para suspender el referendo del 10 de agosto. El gobernador Morales, en la misma línea y sin tapas en la boca, dijo que emite ordenes “ilegales” en beneficio de su pueblo; obviando las leyes que juró respetar y hacer cumplir; y horas después giró un cheque a nombre del ex constituyente Marco Carrillo, para que sea él quien ejecute obras comunales en la zona norte de Cochabamba, sobrepasando la competencia del alcalde y sin el control fiscal del Concejo Municipal. En presencia de la delegada anticorrupción Suxo, el alcalde simplemente dijo que no se hace responsable de esas obras ni de los gastos, pero votará por el sí a Evo en el referendo. Son simples ejemplos de desintegración moral, personal e institucional. Todos mueven el vientre sobre la ley; y como eso simplemente ocurre, el país esta colapsando.
Hemos entrado inevitablemente en la desintegración nacional. Resulta muy claro el cisma en el cuerpo social boliviano y se está manifestando en el fraccionamiento de la sociedad en tres: una minoría dominante que medra en torno al MAS y a Evo Morales, una oposición dócil y el pueblo encasillado en sus regiones. Notablemente las autoridades nacionales han perdido la creatividad para gobernar; y sin miedo a las consecuencias el MAS está preparando unas arremetidas de corte estrictamente militar y policial para después del 10 de agosto; que van a aterrorizar a cualquier intelectual, incluidos los que ven vida en el gobernador boliviano.
Como estamos perdiendo la libertad cada día de forma intensiva y sin pausa, en la medida que los acontecimientos funestos se vayan presentando, nos acordaremos que era mejor privilegiar el estado de derecho, que cuestionarlo u obviarlo. Pero esta lógica no es válida si los militares y espías cubanos y venezolanos salvaguardan el país y la parte pensante la elaboran intelectuales del extranjero. Bueno … ya nada importa, sólo el plan del gobierno que se cumple con una precisión sublime; y que sencillamente nos conduce hacia lo dictatorial y populista. No hay alternativa democrática que solucione los problemas del país. Ya volverán esos intelectuales y artistas después de las muertes provocadas por quien bíblicamente está llamado a “dar vida a plenitud en el país”.