El NO o la precarnavalera constituyente

El NO ganará el referendo del 25 de enero próximo. Ya queda por demás claro que el proyecto constitucional del MAS ha sufrido duros reveses en las dos pasadas semanas, no por la falta de ánimo en las campañas o en los militantes, sino por la incapacidad real de los defensores del texto del 21 de octubre de 2008 para exponer argumentos convincentes sobre cada uno de los lineamientos del proyecto, que se suponía dominaban. Aquí fallaron los apóstoles, no los cristianos. El SI perderá.

A la pregunta textual del referendo el NO le debe tres simples respuestas, también textuales. La primera: la mayoría de los bolivianos NO está de acuerdo con refrendar el texto constitucional que fue presentado por la Asamblea Constituyente a la Comisión Especial de Concertación. La segunda: NO están de acuerdo con los ajustes realizados por esa comisión en octubre de 2008; y la tercera: NO están de acuerdo con que esa CPE se promulgue y se ponga en vigencia. El gobierno ha visto un buen negocio en estas tres razones y concluyó que la mayoría de los bolivianos NO está de acuerdo con el proyecto de CPE ajustada el 21 de octubre de 2008, por lo que se hace imprescindible retornar al proyecto de 4 de diciembre de 2007 aprobado en Oruro, simple y llanamente, porque ese proyecto nunca estuvo en juego. Esto es el colmo de la desvergüenza.

Pero, no hay mal que por bien no venga. El Mas tiene varios planes alternativos y de urgencia muy bien diseñados para sorprender a sus enemigos. Ocurre que varios estrategas del masismo, ante el triunfo del NO, han definido el plan B de difusión mediática que valore el retorno del proyecto la CPE aprobado en Oruro a la mesa del debate, y también con varias razones creíbles.  La primera: la Asamblea Constituyente nunca fue disuelta formalmente y sólo ha estado en pausa desde diciembre de 2007, y sus miembros sólo están esperando la convocatoria para reanudar sesiones para llamar a la Comisión de Concordancia  y Estilo, para que analice el texto y presente sus observaciones a la plenaria. La segunda razón: Todo este ejercicio, desde enero 2008 a enero 2009, no es otra cosa que un proceso “preconstituyente”. Otra razón orienta a que el proceso constitucional no ha concluido y el ánimo democrático del gobierno será ejercitado nuevamente “en beneficio del pueblo boliviano” hasta agotar el último recurso; por esto es que, a más tardar, antes del 6 de agosto de 2009 tendrá que realizarse otro referendo sobre el proyecto de Oruro, matizado y ajustado de acuerdo con los colores de la estación que escojan los constituyentes que se adscriban y que por el momento gozan de una “declaratoria en comisión”.

El triunfo del NO, bajo la mente de un masista, no debe ser entendido como el cierre definitivo de la Asamblea Constituyente o el fracaso del proceso constituyente. Con mucha habilidad y recurriendo a su vocación legalista el Mas “retomará” esas leyes irritas de mediados de 2007 que oxigenaron una Asamblea que estaba con muerte cerebral, y que fueron convenidas con la oposición partidaria boliviana, que permanentemente orientó sus velas, con intención e insensatez, de acuerdo con lo que podía agradar a Evo Morales. Estamos a las puertas de un periodo precarnavalero que pondrá paréntesis a un proceso que no tiene salida. Por culpa del Carnaval dicen que perdimos el mar; que no sea ahora que perdamos el país. Maldición … los pepinos, las mujeres del partido, los diablos y las comparsas vuelven a la Asamblea.

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