El ministerio del bruto feliz

El presidente Nicolás Maduro, ha decidido crear el Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo Venezolano; y lo hizo a sugerencia de su esposa, Cilia Flores, que fervientemente deseaba crear un gran despacho filantrópico con un mando centralizado, donde se tramiten reclamos de los venezolanos más necesitados. Esta decisión, junto con otras obras sociales, ha dicho Maduro, “tenemos que llevarlas hasta el cielo en agradecimiento a Hugo Chávez”. Esto no puede ser definido de otra manera. Es una treta que envuelve un proyecto de largo aliento para perpetuar en el poder a una élite sin escrúpulos.

Muchos han criticado e ironizado la decisión del líder venezolano, y alguien dijo que “ser líder socialista en el siglo XXI es directamente proporcional a ser un líder tonto”. Lo que pocos han entendido es que desde hace muchos años atrás una tropa de líderes populistas han tomado por asalto algunos países americanos y han ido tejiendo una sarta de actitudes incomprensibles y hasta ridículas, y ahora que están muy empotrados en el poder, simplemente y con un afán descuidista andan esparciendo esos cotilleos muy bien diseñados para hacer perder el tiempo a los más aburridos.

Este tipo de absurdos no son una improvisación inculta, es producto de una obra maestra de manipulación exitosa de las mentes. Tan persuasiva ha sido la decisión de crear este Viceministerio para la Suprema Felicidad, que algunos personajes ingeniosos han solicitado la creación inmediata del Ministerio de la Verdad (¿?). Desde esta columna y hace mucho tiempo atrás advertíamos sobre lo intrascendente de estas maniobras o artificios que esparce el populismo entre las gentes adormecidas. Nicolás Maduro en su vida había siquiera pensado algo semejante, él no es tonto y tampoco es su deseo creerse más papamoscas que los demás.

Lo que pasó es que su equipo de estrategas preparó la artimaña para que sus enemigos políticos muerdan el anzuelo y se sientan más inteligentes y sagaces que él. Fueron ellos que en público explotaron la ignorancia presidencial y le cargaron con mensajes de odio y rechazo. Así es el poder, influyente y persuasivo con los amigos y los enemigos. Entonces queda claro que detrás de todos estos inventos existe una cuadrilla de astutos que le ha permitido a Nicolás Maduro exponer públicamente este tipo de fabricaciones mediáticas que tienden a desarrollar un culto inmenso a la personalidad, al mejor estilo norcoreano, chino maoísta o soviético estalinista.

Alguna vez, Maduro sorprendió a sus enemigos destacando literalmente “que dormía en la tumba de Hugo Chávez”, o que se “le apareció Hugo Chávez en forma de pajarito”. Así como se destacan esos titulares de periódico que decían “Maduro da un discurso para millones y millonas»; «Hay que multiplicar, como Cristo multiplicó los penes», o “Maduro culpa al Hombre Araña de la violencia en Venezuela”. En Bolivia hemos escuchado también a altos dignatarios de Estado expresarse sobre la influencia del consumo de la carne de pollo en la virilidad, el sexo de las piedras, el mokonchinchi, o la lucha contra el imperialismo romano. Hasta aquí fueron muchas las metidas de pata, pero que nadie se sorprenda porque vienen muchas por delante y cada vez más sorprendentes. Como siempre, ahí estarán los mismos inocentes que se ocupen de lo intrascendente.

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