Aprovechando la crisis institucional que soporta el Concejo Municipal de Cochabamba, el Movimiento al Socialismo (Mas) ha colgado alegóricamente un crespón azul en la puerta de la Presidencia, como una señal de dominio omnipotente en la ciudad. Este escenario crítico fue provocado por la falta de entendimiento y coordinación entre las fuerzas políticas opositoras que nunca pudieron actuar de forma orgánica y ordenada, pese a haber logrado la mayoría de votos ciudadanos en la elección para concejales de abril de 2010. Este resultado era obvio y previsible, los concejales de Todos por Cochabamba (Tpc) y del Frente para la Victoria (Fpv) se encuentran en desbande total, enemistados unos con otros, sin posibilidades de reunión; y lo peor es que algunos ya revelan síntomas evidentes de transfuguismo o colaboracionismo hermético en el proyecto autoritario del Mas. Pero lo que ha resultado enigmático es que la elección del nuevo presidente o presidenta del Concejo Municipal de Cochabamba se suspenderá debido a divergencias entre los concejales masistas.
Muchos fueron los mandaderos que anunciaron que David Herrada, primer concejal masista, descartaría su postulación a la presidencia, o que Ninoska Lazarte asumiría la vicepresidencia con apoyo masista, o que la concejala María Isabel Caero será la candidata azul para el cargo, aunque Julio Cesar Baldivieso se oponga. Tantas conjeturas sobre lo que ocurrirá o dejará de ocurrir han activado las luces rojas en Palacio Quemado, y alarmado al propio ciudadano presidente, no por perder el poder en el Concejo Municipal de Cochabamba, sino por las divergencias domésticas entre legisladores municipales oficialistas y su Alcalde, y entre todos estos y la presidenta regional del Mas, Leonilda Zurita, y el Gobernador Edmundo Novillo.
Fue la infinidad de criterios dispares y egoísmos de personajes pérfidos que han empantanado las entrañas del Mas, provocando una polémica marcada por esa desavenencia interna, que obligó al jefe supremo intervenir para “zanjar” diferencias y consensuar un candidato, sin perder la oportunidad para potenciar la subordinación partidaria hacia la superioridad. Pero no todo es tan fácil como parece. En un análisis simple cualquiera podría suponer que tanto el Mas y como Tcp tienen cinco votos, pero ninguno el denominado “voto de oro”, que sigue en manos de Baldivieso; y que este concejal podría otra vez definir el futuro del Concejo Municipal; en realidad, lo que ha ocurrido es que el Mas ya tiene la presidencia del Concejo, y lo único que falta definir es quién será el elegido o la elegida de entre los candidatos azules, y para este fin existen “seis votos de oro”, cinco de Tpc y uno de Baldivieso. Debido a los contantes rumores de transfuguismo, los operadores del masismo seguramente ya tienen la misión de tentar y extraviar a cualquiera de los seis concejales opositores para lograr ese voto que les permitirá consumar el poder total y el autoritarismo pleno.
Ocurra lo que ocurra, parece que todos los concejales no renunciarán a su derecho consuetudinario para prorratear y cuotear el medio centenar de cargos en el Concejo que deberán ocupar sus personeros de confianza, que alimentarán, como ya es costumbre y con diezmos, aquellos apetitos de poder de quienes no han encontrado otra forma de ganarse la vida, como así consta en denuncias documentadas. Ojala esta predicción no se cumpla y los concejales pongan a prueba sus rectitudes y honestidades, y participen ética y democráticamente en la elección de la Directiva del Concejo para la gestión 2011 – 2012, sin perder de vista que se trata de una excelente oportunidad para demostrar realmente que no les mueve otro interés que no sea el de trabajar para reverdecer esta lúgubre ciudad que los cobija, a veces sin querer.