Mi caseta está cerca del Palacio Portales

Ha costado mucho a la Alcaldía Municipal de Cochabamba regular el entorno de la Gran Manzana, como así se conoce al espacio urbano que ocupa el Palacio Portales, ese que es el monumento histórico y arquitectónico más importante de nuestra ciudad. No son pocos los documentos oficiales, especialmente ordenanzas municipales, que prohíben el emplazamiento de actividades causantes concentración poblacional excesiva, circulación vehicular y peatonal desmedida, ruidos molestos, atoramiento de calzadas y aceras, o que al final deterioran la imagen del conjunto.

Durante los últimos dos años hemos visto como desaparecían de la noche a la mañana algunas casas preciosas en las avenidas Pando, Beni y Potosí, así como hemos sido testigos del levantamiento de monumentales edificios con estéticas minimalistas que han cuadriculado el entorno, extirpando antiguos árboles, apagando los jardines del Palacio de Portales y ensombreciendo esas calles de antaño del luminoso barrio de la Recoleta.

No son los comerciantes juiciosos los que se trasladarán a este nuevo centro comercial de Cochabamba, serán los extraños negociantes de la clase social emergente que cooptarán todos los locales comerciales puestos a la venta. Este estrato social trasplantará no sólo sus abyectos métodos para hacer negocios, sino a toda la gente que medra con los minoristas. Serán las trancapecheras, anticucheras, choriceras, triperas y refresqueras, o los cargadores, calzoncilleros, descuidistas, albertos y otras especies de oficios premodernos que inundarán las aceras y calzadas del barrio de la Recoleta, en torno a los “mols” que pronto se abrirán.

Puedo apostar que los futuros centros comerciales multiplicarán en sus recovecos un sinfín de “casetas” que centuplicarán la informalidad empresarial que ya no tiene cabida en los atiborrados mercados de la zona sur, incluidos sus maniquíes, letreros de “compro dólares”, carretillas, canastas con ropa usada y otras imágenes que cargarán de mediocridad los pasillos. Tantas contradicciones se confirmarán que hasta el moderno edificio de la Federación de Entidades Empresariales quedará asfixiado por un ambiente nuevo, activado por los “nuevos empresarios” que ideológicamente no coinciden con muchos paradigmas republicanos, que a esta entidad gremial ya le cuesta sostener. Es el plurinacionalismo empresarial que invadirá la zona y esparcirá sus conductas antiestéticas en una zona de eminente preservación arquitectónica.

Antes de que ocurra la peor será prudente que el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, en todas sus instancias, promueva y apruebe la ley municipal que imponga autoridad y orden, además que no sólo concentre todas las ordenanzas que regulan y norman las actividades en torno a la Gran Manzana, sino prevenga y castigue la anarquía que el comercio informal impone donde va. También por propio interés, porque en esa zona se construirá el Palacio Municipal de Convenciones y sería un desastre que aparezca rodeado de casetas.

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