Diez años para volver a la pobreza

El miércoles pasado el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó el Informe de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe. No pudo faltar a este evento el principal exponente de la pedagogía socialista y comunitaria, el Vicepresidente García.  Como siempre no ha perdido la oportunidad para hacer apología de los logros de su gobierno y utilizar ese lenguaje escolar para persuadir a los pocos crédulos que aún le escuchan con atención. Dijo que los datos del informe de Desarrollo Humano del PNUD muestran una “década ganada” en Bolivia con resultados insuperables, como la reducción de la pobreza y el incremento de la base de la clase media.

Sobre Bolivia en el informe del PNUD se indica que los bolivianos muy ricos han crecido en 20% entre 2005 y 2015, mientras que la clase media casi se triplicó del 13% al 31%, los pobres son menos al pasar del 19% al 12%, los bolivianos que viven en extrema pobreza se han reducido ostensiblemente del 13% al 7% y los “ultra” pobres del 22% al 6%. Confío que los expertos en desarrollo humano y los estadísticos confirmarán o refutarán estos datos con autoridad.  Sin duda los números en la boca del Vicepresidente son como los caramelos en la boca de un niño. Dijo que estas cifras muestran una sociedad “mucho más justa”, afirmó sin ruborizarse.

La verdad es que yo no sé hasta qué punto la sociedad ha alcanzado esos estándares de “justicia” que tanto empalagan al dignatario. De que hay más ricos, no cabe duda alguna. El narcotráfico, el contrabando, la corrupción oficialista, el blanqueo de dineros mal habidos, el tráfico de influencias, las contrataciones opacas con cualquier consorcio chino, entre otras lástimas masistas, han sido las catapultas que elevaron y empotraron a la velocidad del rayo a muchos agentes azules en el nivel de una clase social muy rica. Lo que me extraña es que los ricos en Bolivia siempre han pululado en esa clase inestable, unos días algunos ricos dejaron de serlo y otros ascendieron con suerte. Por eso dudo, porque en términos reales nuestro  sistema económico no permite a cualquier persona hacerse rica en una década haciendo uso de los esfuerzos más honestos y actuando con lealtad, quizás nunca.

Las estadísticas de la “década ganada” no muestran a los ricos que dejaron de serlo y que deben ser muchos, lo cual nos dice que ese 20% en el peor de los casos representa en términos reales un 30%, sino es superior el porcentaje de nuevos ricos que sustituyeron a los descendidos de categoría más los que engrosaron esas filas con agentes azules. Ni hablar de la clase media que se incrementó sideralmente. En este escenario tan “justo” ¿qué debe hacer el Estado para sostener y estimular a estas clases para que se mantengan en el sitial logrado en una década?, es la pregunta del millón. Otra pregunta: ¿Qué hará el Estado para proteger a la gente que ha salido de la pobreza y qué hará para ampliar más la clase media? ¿Más de lo mismo?

Si el gobierno y sus dignatarios se han planteado extrapolarse hasta 2025 con su famosa agenda, lo más probable es que más temprano que tarde el país tendrá que aterrizar en la realidad con la amenaza de que todos retornen a la pobreza a la misma velocidad con la que la dejaron. País maravilloso el que nos gastamos.

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