De línea bandera a bandera de línea

Contra cualquier norma de seguridad, el aeropuerto de Cochabamba ha sido invadido físicamente por los pilotos y trabajadores administrativos del LAB, protestando y requiriendo “cualquier” solución para ese gran problema. Estos acontecimientos peligrosos han extrañado al gobernador y su entorno, pese a que ellos estaban acostumbrados a este tipo de protestas cuando ejercían la oposición intransigente; en algunos casos, mucho más violentas y con saldos letales.

Estamos viendo el apogeo de aquellas acciones que estuvieron muy bien planificadas por el entorno del gobernador Morales; antes de 2002.  Como sabemos, el MAS maquinó el derrocamiento de Gonzalo Sánchez de Lozada complotando en febrero de 2003, pero con la flexibilidad necesaria operó constantemente hasta octubre.  Todo muy bien planificado, incluso las sucesiones presidenciales de Mesa y Rodríguez..

En ese entonces el “objetivo estelar” era nacionalizar para destruir la capitalización; además de poner a prueba el sistema económico; sólo quedaba quebrantar el pilar más débil: el LAB.  Esto ya lo sabía el diputado Evo Morales y así obstruyó el acogimiento de la línea bandera al “perdonazo tributario” ejecutado en 2004.  El artículo 10 de la Ley 2626 decía simplemente “Se excluye de este programa a las empresas capitalizadas” (sic).  Esta receta jurídica de nueve palabras fue deliberadamente introducida por la bancada del MAS a sabiendas que el LAB no duraría de píe más de dos años, antes de caer a la lona.

A quienes están contaminados por las artimañas de los políticos tradicionales que se fueron en enero de 2006, ahora les sorprende descubrir que los del MAS habían planificado su camino hacia el poder tan bien, que han presentido todas los desenlaces posibles, todos los estorbos y todos los remolinos que podían influir sobre su sudoroso designio de tomar al poder absoluto.  Lo lograron.

Siempre intrigando, los operadores del oficialismo han convertido el problema del LAB en una bandera de lucha para el líder de la revuelta en el aeropuerto: Oscar Olivera, otro operador del plan masista.  En secreta confabulación con el gobernador y manipulando a unos novicios e incautos revoltosos, Olivera ha recuperado su imagen de hombre comprometido con el pueblo, enmascarando con bicarbonato de soda su sensibilidad ante la penuria social que viven centenares de trabajadores del LAB.  Así la elección de Olivera como constituyente está asegurada.

Mientras Oscar Olivera hace campaña en el aeropuerto, tomando al LAB como bandera de su línea política y nacionalizadora, el gobierno sin improvisar sigue planificando.  Como el futuro se muestra incierto para el LAB, el gobernador Morales ha sabido perfectamente adecuarse a esta situación, enarbolando otras banderas, como la del “sometimiento a la ley”, simplemente para aislarse del problema y de la solución

Despertemos: el objetivo primordial del gobierno es la constituyente.  El LAB que se quede en el mástil.

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