Con la ayuda del popular Word de Windows, hemos identificado fácilmente las 20 palabras de contenido jurídico que aparecen el mayor número de veces, tanto en la Constitución Política del Estado (CPE) vigente, así como en el proyecto aprobado en octubre pasado. En la CPE de 2004 estas palabras son las más usadas: ley (115 veces), estado (105), república (94), poder (66), nacional (64), presidente (63), constitución (61), congreso (57), ejecutivo (55), leyes (38), cámara (37), corte (34), ministros (34), derechos (31), constitucional (30), atribuciones (27), diputados (27), suprema (26), cámaras (25) y judicial (25 veces). Si las analizamos en el contexto de una república unitaria, vemos que las leyes están por encima del Estado, imponiéndole límites y frenos dentro de una democracia representativa. Recordando el artículo 2 de la CPE (aún vigente) podríamos asegurar que la soberanía residía en el pueblo; era inalienable e imprescriptible; su ejercicio estaba delegado a los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial; y que la independencia y coordinación de estos poderes era la base del gobierno. Todo esto ya es pasado.
En cambio en el proyecto de CPE, encontramos las 20 palabras más utilizadas: estado (442 veces), ley (262), derechos (128), plurinacional (126), recursos (121), constitución (120), indígena (120), social (111), derecho (109), originario (101), desarrollo (97), asamblea (95), legislativa (86), órgano (81), tribunal (77), jurisdicción (69), público (67), control (66), naturales (66) y pueblos (66 veces). Si razonamos en el actual contexto de esta autocracia emergente, el Estado y su Órgano Ejecutivo tienen mucho más importancia que la ley y la propia constitución, no tienen límites para actuar. Con la ayuda del racismo indígena, amparado en lo “plurinacional” y el “control social” de organizaciones apócrifas, se pretende lograr un desarrollo espurio a partir de la explotación de los recursos naturales, librada a la iniciativa y tecnología de los pueblos originarios, enfrentado a la modernidad.
Por ejemplo, las palabras cuya raíz tiene vinculación con el término “democracia” en ambas constituciones aparecen 15 veces, con la diferencia que la CPE de 2004 sólo tenía 234 artículos y la futura CPE de enero de 2009 tendrá 411 artículos, es decir que se habla menos de democracia. Incluso lo republicano ha casi desaparecido en la futura CPE, son 8 veces que se utiliza esta palabra, versus las 94 apariciones en la CPE de 2004.
Para movilizar estas 20 palabras, la nueva Carta Magna necesitará de una gran cantidad de normas, 100 leyes por lo menos. La nueva estructura jurídica del país será construida con la participación “de todos los sectores de la sociedad boliviana y no será una arquitectura legal importada o copiada de países extranjeros”, reafirmó el ministro de Defensa Legal, Héctor Arce; tras la conclusión de la última reunión, en Cochabamba, de la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), autoridades de gobierno y ex asambleístas del MAS.
Para enero de 2009, Bolivia será el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario libre de analfabetismo, como lo diseñaron el gobierno y los voluntarios cubanos. El MAS quiere que cada boliviano o boliviana lean su futura CPE, y sabe que los lectores y lectoras están pobremente familiarizados con estos textos normativos constitucionales, y sufren de la carencia de recursos para entender de manera libre el significado de esas palabras que desconocen. Muy hábilmente el gobierno ha desatado una campaña mediática para mostrar un contexto artificioso como apoyo para que el común de la gente entienda el significado de ésta taza de leche que se llamará Bolivia Comunitaria. Ni la mayoría de los masistas logran estar conscientes, primero, para enfrentar los problemas de comprensión de lectura, menos para el desafío de mecanografiar 100 leyes, y mucho menos, para entender la verdadera intención de su gobierno: imponer el totalitarismo, como sea. Ellos necesitarán de los pedagogos de PODEMOS y UN para que les expliquen como con 20 palabras se puede hacer desaparecer una república. Increíble.