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Terrorismo fiscal en la Alcaldía
Nuevamente la Alcaldía de Cochabamba está congelando las cuentas bancarias de los deudores con resoluciones determinativas “mixtas” por deudas originadas en la omisión de pago de la patente de funcionamiento de diferentes actividades económicas y negocios, en la gran mayoría cerradas hace décadas y que el Municipio presume que siguen operando. Esta vez la Alcaldía ha sometido a los contribuyentes a una especie de cautiverio tributario, que es reprochable y condenable, pretendiendo cobrar unas multas que se calculan muy subjetivamente con lápiz y papel. En cualquier Estado de Derecho al ciudadano se le otorga el derecho a la defensa y
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¿Estar libre o ser libre?
Quiero matizar este domingo con algunos colores. Sin que le conste nada a la ciudadanía de este triste campanario, parece que el alcalde del casco verde ha recobrado su libertad y también sus atribuciones administrativas, después de que un tribunal de jueces azules revocara la detención domiciliaria a la que estaba sometido. Es que esta noticia, transmitida por la prensa amarilla muy volcada al sensacionalismo, ha reflejado una mueca muy deteriorada y desdibujada del alcalde en libertad. Me extrañó esta imagen, porque he visto a un hombre muy atormentado y triste, con un rostro muy diferente al que solía fingir
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Perseguido político corrupto
Durante todo el siglo XX los partidos políticos bolivianos se caracterizaron por repartir favores y prebendas entre sus militantes de las jerarquías más altas, sin considerar a los estamentos bajos, contentándolos con baratijas. Generalmente estas redes corruptas no permitían que otro tipo de intereses ingresen en el círculo inmoral. Ya en el siglo XXI se ha establecido un nuevo mecanismo que distribuye de manera justa y equilibrada los productos del envilecimiento político, entre los jerarcas y los subalternos que organizan transversalmente todo el proceso delictual. Sin dudar, afirmaría que se ha democratizado el acceso a la corrupción, desde las bases
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Talar un comerciante para plantar un árbol.
Planteo a mis lectores la siguiente conjetura: Como el Corso se debe realizar de forma inevitable, un comerciante adquirió los derechos para instalar sus graderías en un sector de la Avenida Ramón Rivero, y observó que unos árboles de álamo obstaculizaban su negocio. Inmediatamente pidió a la Intendencia, instancia municipal de protección oficial de los comerciantes informales, para que talaran de cuajo esos árboles. Desde la Intendencia se dio la orden directa a la empresa municipal de áreas verdes (EMAVRA) y sin más trámite los taladores profesionales procedieron a derribar los árboles. Lo que sigue ya es de dominio público.
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El alcalde venderá nuestros mercados
Creo necesario recordar a mis lectores algunas premisas de modernidad que la ciudadanía cochabambina se había planteado hace varias décadas atrás, para revertir las arbitrarias decisiones asumidas por los alcaldes Rivas Ugalde, Reyes Villa, Castellanos Mendoza y otros de menor estatura, que administraron nuestra ciudad como si se tratara de un villorrio cualquiera. Modernizar los mercados populares de la Pampa, Fidel Araníbar, San Antonio y Alejo Calatayud; recuperar la vialidad y el tránsito eficiente en las calles Punata, Tarata, Totora, Quillacollo, Cliza, Agustín López, Esteban Arce y Francisco Velarde; y permitir el disfrute vecinal del área verde de la plaza
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El alcalde del casco verde
Desde hace más de un año, los agentes y líderes del partido oficialista instalado en el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba tienen la libertad irrestricta para gastar ingentes cantidades de dinero público en propaganda política que exalta la figura del alcalde José María Leyes; o para dilapidar nuestros impuestos en publicidad municipal, tan efímera y tan inútil como un pestañeo. Uno tendría que ser ciego y sordo para obviar la insistente propaganda política que ha invadido cada calle o espacio público en la ciudad de Cochabamba. La influencia de los medios masivos y la excesiva carga de imágenes, como nunca